Una de las funciones principales de la alta dirección es estar al pendiente de los avances tecnológicos y su posible impacto en el sector donde compite la empresa que lidera.
La velocidad con la que aparecen innovaciones es cada vez mayor y actualmente es común escuchar términos como “transformación digital”, “blockchain”, “data science”, “big data”, “impresión 3D”, “industria 4.0”, “machine learning” e “Internet of things (IoT)”.
¿Cómo valorar cada uno de estos conceptos? ¿Cómo saber cuáles de ellos conviene incorporar a nuestra organización? ¿Cuáles me permitirían optimizar de manera radical mis operaciones y procesos para así tener una ventaja competitiva?
Mejorar un proceso, sea de fabricación, servicio o administrativo, significa que se mejore uno o más de los siguientes criterios de éxito, sin empeorar los otros:
1) Que genere más valor para el cliente.
2) Que sea más rápido.
3) Que el resultado sea más confiable y repetible.
4) Que pueda generar mayor volumen con los mismos o menos recursos.
5) Que se ejecute con menores riesgos de pérdida de valor.
Si alguna de estas nuevas tecnologías permite a la empresa cumplir de mejor manera con los 5 criterios de éxito mencionados, entonces puede ser importante dedicar tiempo a valorar el impacto que su implementación tendría en la rentabilidad actual y futura de la organización.
Héctor D. Debernardo (PhD).
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